Aunque las fiestas
están llenas de contradicciones, institucionales, religiosas y son
mas que nada un echo comercial y sirve, de chiripa, para meter abajo
de la alfombra, la pobreza, la marginación, la discriminación que
no aparece en los grandes medios de comunicación, aun así, no deja
de ser un echo social, un momento que mucha gente elige para juntarse
e intentar pasarla bien, agasajar, brindarse, abrazar, y saber que te
quieren.
Pero aun a costa de
ser agua fiestas, no me parece justo que una vez mas la desigualdad
se haga presente y se la ignore de lleno, quiero brindar por algo,
pero no quiero ser cómplice de tapar la realidad que otros hermanos
tienen y les impide cualquier tipo de festejo, yo no voy a modificar
el mundo por nombrarlos en esta pequeña reseña, pero si la
ocultamos esa posibilidad va a ser menor, tenemos una
responsabilidad, otros la tienen por sus acciones directas.
Por eso hoy tenemos
que definir mas que nunca quienes somos cuando decimos, nosotros.
Somos los
cartoneros, somos los peruanos, los bolivianos hoy cuestionados desde
las instituciones del estado, somos los 450.000 Sirios muertos en los
bombardeos de los últimos dos años, somos el 50% de los presos sin
juicio alguno en este país, somos los 300.000 despedidos de 2016,
somos los 30.000 desaparecidos, los familiares de ellos, los
familiares de los 39 vecinos acecinados en las movilizaciones del
2001, los familiares de los miles de casos de gatillo fácil que
perdieron a su ser querido… los negros ahogados en su desesperación
por salir del infierno africano, Ayotzinapa, quienes somos cuando
brindemos por nosotros?.
Estamos presenciando
como la crisis global entra inexorablemente a nuestro país de la
mano del estado, llenemos nuestras copas de solidaridad y pensemos al
brindar, que nosotros, somos todos.
Claudio.
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